lunes, 21 de noviembre de 2011

La disociación

La disociación, la clave de la mayor parte de los problemas.

El dinero no es más que un pagaré emitido por un banco. Para evitar robos los comerciantes empezaron a emitir cartas de compromiso de pagos futuros (pagarés) respaldados por su patrimonio y solvencia, evitando así cargar en el mercado con cantidades importantes de oro (valor referencia entonces). Con el tiempo los bancos asumieron dicha función y en Europa posteriormente los estados a través de los Bancos Centrales. Hoy ya no existe tal garantía o respaldo en oro. El dinero se sujeta a las leyes de mercado, vale lo que la ley de oferta (del banco central que lo emite) y la demanda (los demás bancos demandan) marca.

Por otro lado, las sociedades mercantiles, son personas jurídicas. Una persona jurídica no es más que una ficción, por la cual la asociación de un numero de personas físicas (reales) que comparten un legítimo ánimo de lucro, pasa a tener la consideración de persona independiente de sus integrantes, con capacidad para obligarse y para ser titular de derechos.

Se crearon para que el emprendedor pudiese emprender sin que le coartase el miedo a perder lo que hasta ese momento había consolidado, limitando el riesgo que asumía a la inicial aportación a la sociedad, eso sí, a cambio de las correspondientes acciones o participaciones. Y eso está bien, pues son bases y normas del juego que conocemos antes de operar con una sociedad, cuya solvencia viene determinada por la cifra del capital social, que es un dato público.

Pues bien, explicado lo anterior, hay que decir que el problema viene cuando hemos interiorizado tanto ambas ficciones que se nos olvida que el dinero no es más que un medio de pago y que al final son las personas integrantes las que forman las sociedades, las que deciden y las que en el fondo son responsables de las consecuencias, aceptando que el dinero genere dinero sin producir nada en realidad y perdonándoles a las personas que dirigen esas entidades no sólo la responsabilidad patrimonial, sino también su responsabilidad moral, porque acabamos culpando al ente ficticio del mal y no a las personas que tomaron las decisiones.

Cuando se habla de los mercados financieros se nos olvida que en realidad los mercados son en realidad un relativamente reducido número de personas, que fundaron o son propietarios de un número algo más amplio de sociedades que a su vez tienen un gran número de filiales (bancos y hedge founds), que siguiendo sus directrices especulan con lo que algunos diligentemente producen.

La mayoría de hedge found, tienen entre su accionariado a múltiples entidades financieras, de las que son socias o partícipes a su vez diversas sociedades o entidades cuyo único titular final son un determinado grupo reducido de personas que se escudan en esos entramados societarios, que hacen suyo el  beneficio de especular y que luego socializan las pérdidas. Tan pocos son que, de hecho, cuando el Congreso de los EEUU quiso ponerle cascabel al gato, cito a declarar a tan sólo cinco gestores de los hedge founds más grandes y millonarios (http://es.wikipedia.org/wiki/Fondo_de_inversi%C3%B3n_libre)

Cuando un directivo de una entidad sale en los medios de comunicación, opinando sobre lo que habría que hacer o no y sembrando dudas sobre una empresa o estado, suele prestársele atención en base a sus méritos personales y su capacitación profesional, como si opinase objetivamente, como si fuese ajeno a todo, pero se nos olvida que tiene un interés directo a través de las entidades para las que trabaja, que no son más que una careta para su propia persona. Si ha ordenado a sus entidades apostar contra un estado y siembra dudas sobre dicho estado, está mirando por sus intereses, algo que ya se hace con total impunidad, pero que no deberíamos permitir.

¿Tiene lógica que el zorro diseñe la valla que protege el rebaño?

Por el mismo motivo cuando se habla de que una entidad ha repartido bonus o ha incrementado el salario de los directivos, bajo la justificación de que hay que evitar fugas de talento, no nos chirría. Ni siquiera en épocas como la actual, en las que los bancos están teniendo pérdidas. Pérdidas que son consecuencia de créditos otorgados incumpliendo directrices elementales a quienes luego han cuidado de esa persona o directivo que le consiguió el apoyo financiero.

Nuestro cerebro no alcanza a  sustituir el nombre de la entidad por el de los propios directivos que, en realidad, se han repartido el beneficio de la entidad, bajo la excusa de evitarse a sí mismos la tentación de marcharse (¿?¿?¿?) y en agradecimiento por la  gestión que hacen, que en realidad ha sido realizada en perjuicio de sus accionistas y de la propia entidad, mirando por su privado beneficio y causando pérdidas millonarias.

Nuestro cerebro no alcanza a entender que el banco cuando le dio un crédito “kamikaze” a un empresario o empresa con escasa probabilidad de éxito, en realidad lo que ocurría era que una determinada persona real, con intereses propios, abusando de su posición, estaba comprando futuros favores.

Así se explica que personas que eran directivos de Goldman Sachs y otras entidades que provocaron esta gran crisis, a través de la creación de “productos financieros basura”, sean ahora nombrados como “salvapatrias” sin que a nadie le dé un ataque de ira.

Porque no se entiende como alguien que era directivo de una entidad que realizó abusos hasta hundirse, forzando la intervención del estado (http://www.cnnexpansion.com/negocios/2009/07/22/goldman-sachs-se-libera-de-rescate), que invirtió impuestos públicos en evitar la debacle del sistema, puede ahora ser designado como presidente de un país, para salvarle de una situación por él y sus compañeros.

Un ejemplo:


Internacional – 17 de noviembre de 2011:

<<El banco más rentable de la historia de Wall Street, Goldman Sachs, ha explicado en un informe dedicado a la situación italiana que si finalmente el país designa un Gobierno de tecnócratas con un líder que goce "de personalidad externa y capaz" para gestionar la crisis, la especulación creada en torno al país mediterráneo descendería a gran velocidad. Uno de los nombres que se barajan para el puesto es Mario Monti, que precisamente trabajó para la entidad estadounidense como asesor internacional.>>

Eso es lo que en el resto del mundo se conoce como chantaje. Se lo traduciré: “Hasta que no pongas a mi amigo y persona de confianza, el Sr. Monti, a dirigir Italia para que pueda tomar las decisiones que me interesan, no voy a dejar de especular contigo y de ganar dinero a tu costa.”

Me considero a favor del gobierno de los tecnócratas, pero siempre que sean tecnócratas elegidos por sus méritos de forma democrática.

No me puedo contentar ni tolerar con el gobierno de los tecnócratas impuestos por sus desméritos y en base al más burdo de los chantajes, por quienes han provocado la ruina de muchas empresas y familias, en lo que es un GOLPE DE ESTADO. Me niego a que las personas reales, que han causado esta debacle económica, que a posteriori se han hecho de oro con cargo a las recapitalizaciones de los estados (a entidades que recordemos les pagan a ellos sueldos millonarios) me impongan ahora quien me representa.


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